Con boina, chambra y garrota, pero con la vista puesta al frente.
Si uno mira atrás y le gusta, y se le ocurre quedarse… para eso está la garrota.
No somos pasado, cogemos elementos del pasado para el viaje hacia el futuro.
¿Y qué es el futuro? Libertad, respeto, solidaridad y amor, progreso e inventiva, cultura y conocimiento, comprensión y perdón, alegría y felicidad. Unión, piña, fuerza: la agresión descartada.
Hay que recuperar la chambra como un modo de vestir más en las fiestas tradicionales de Campanario.
Tal como Piedra Escrita, La Velá o Rifa de los Tiestos, Noche Vieja, Feria de Agosto: día de los Bailes Regionales, y otras.
Campanario es un pueblo para vivir. La vida discurre lentamente y hay tiempo para todo. Se puede recorrer todo el pueblo andando en una mañana sin cansarte. Sus gentes son amables, simpáticas, cariñosas, dicharacheras, optimistas; les gusta las fiestas y sobre todo las suyas: su romería, su feria de abril, su Velá, la feria de agosto, Navidades, San Valentín y Carnavales. Son todos muy acogedores, los forasteros se sienten como en su casa. Quiero aprovechar la ocasión para invitar a todo el que lea este comentario a que nos visite, preferentemente en fiestas, se lo va a pasar en grande. Se come bien, se bebe mejor, tenemos buenos quesos y buenos jamones. No nos falta de ná. Y lo más grande nuestra Virgen de Piedra Escrita, en estos días está en el pueblo, en su iglesia principal. Así que animaros, os esperamos, si no podéis antes, que sea en la feria de agosto. No dejéis de asistir a sus noches flamencas en el salón de la piscina. La peña flamenca Duende y Pureza Pepe el Molinero nos ofrece a lo largo del año lo más selecto del medio, de ahí que Campanario destaque también por su cantera de flamencólogos y buenos cantaores. Caballos y caballistas los hay en todos sitios, pero con arte como en Campanario eso ya es otro cantar. Paisanos, os quiero.