Campanario 21 de Marzo 2015 – Corralón de Miguel Pelele.
CALDERETA
La fiesta comienza con una cantidad ingente de aperitivos y bebidas.
Las fotos se pueden ampliar pinchando sobre ellas con el ratón.
Varios cocineros van alternando el suministro de aperitivos a las mesas y mostrador con la preparación de la caldereta.
Un gran numero de socios acuden como en años anteriores a pasar un día entre amigos en un clima de cordialidad y deseos de dar lo mejor para hacer más ameno el encuentro.
Los más amigos disfrutan abrazándose y fotografiándose, para dejar patente su gran satisfacción.
En otros, enseguida brotan sus dotes para el cante y para el toque.
Los socios se agrupan en corros disfrutando de buen cante.
El día discurre con buen espíritu festivo y a las 15 horas aproximadamente disfrutamos de una opípara caldereta en la que se pudo repetir hasta la saciedad.
El embeleso por parte de la afición queda de manifiesto, y una vez más Campanario se destaca como pueblo entendido de cante y su saber escuchar.
Las guitarras y las palmas invitan al baile, y las rumbas se dejan oír al calor de la candela. La leña chisporretea pero no distrae en la concentración de los palmeros.
Dos jóvenes se lanzan a bailar sin que el reducido espacio sea obstáculo para marcar el compás con sus movimientos de brazos y taconeo.
El día dio para todo, cante, toque y baile, aunque tampoco faltó el coloquio para arrojar luz a los temas de actualidad.
Diego Pelele y el compañero Torres, apuntaron con arrojo en los palos que mejor se mueven.
Diego, el nieto de hermana Isabel la Caballera, y esposa, pusieron un punto de simpatía.
La política estuvo marcada por dos grandes amigos Paco y Andrés o Andrés y Paco, que si fueran del mismo color no se llevarían tan bien. No obstante, la discusión fue edulcorada por una socia competente, llamada Inés.
Para disipar dudas, este gran cocinero solamente quitó la vista de la perola los cinco segundos que miró a la cámara.
No sabemos si estos dos compañeros estaban cantando o hablando de política. Han sido cogidos en su momento más álgido.
Como veis este otro cocinero no quiso mirar a la cámara para no perder tiempo.
Mi amigo y tocayo Diego aunque da buenos tragos de cerveza no le quita el oído al interlocutor.
Estos dos amigos de abajo, fueron los que dieron la nota… con la guitarra, se entiende.
Si Pedro Miguel y el compañero apagaran el fuego de la presa en la boca con un sorbo de cerveza, no hubieran puesto ese gesto.
La luz de la tarde delata la hora. La tarde caía y los ánimos crecían; faltan muchos días para pasar otro rato tan entrañable como este.
Se pueden ampliar las fotos pinchando sobre ellas.