La voz enérgica y madura de Cándido de Quintana, el que ha sido, es y será profeta en su tierra;
el brío joven de Antonio Benítez;
el revuelo de Capullo de Jerez y sus bulerías;
y como colofón, la voz templada, suave y aterciopelada, que borda lo que dice y canta, y que no es otro qué nuestro entrañable amigo Miguel de Tena. Aunque hubo de todo, lo que se puede apreciar por la imagen.
Todo ello aderezado por una bailaora de tronío, Manuela Sánchez, y su grupo, que supieron emocionar con su arte y su saber.
Al toque de sus guitarras, tres magníficos maestros, que nos hicieron vibrar 5 inolvidables horas: Diego Amaya,
Antonio Patrocinio (hijo)
Joaquín Muñino
Quiero destacar la unidad del Grupo, Capullo y su gente, con un dominio absoluto del acompañamiento, tanto a las palmas como a la guitarra, por la maestría intachable del amigo jerezano.
En el Grupo de Manuela Sánchez, tenemos entre otros al Duende y a Chiqui, ambos hijos de Cándido, que nos pusieron en situación con los cantes de Bambino, y Pilar a las palmas.
Una noche flamenca donde las haya. El público emocionado, atento como no puede ser de otra manera y aplaudiendo a rabiar con inusitada espontaneidad, aunque no faltaron los cuatro comentaristas de la barra, los de siempre, en dos o tres ocasiones se les aconsejó achantar la muí y así lo hicieron.
Quintana y su Peña no olvidarán nunca su XVII Noche Flamenca.
20 de Agosto 2014
IMÁGENES