A mis dos amores,
les hago una fiel soflama,
una a mi Cristo bendito
otra a mi pueblo del alma.
Cuando salimos al campo,
se pasan los amargores,
andando por los caminos
contemplando solo flores.
No olvidemos un instante,
la flor que llevamos dentro,
a Jesús el Nazareno
viviendo en el pensamiento.
En Campanario amanece,
los gallos cantan a coro,
a mi serrana le digo,
¡levántate, mi tesoro!
Los blancos rayos del sol,
entran por mi ventana,
nos vamos a trabajar,
siendo muy de mañana.
Gracias te damos, Señor,
por este tiempo,
danos sol y agua abundante,
con poco viento.
Campanario está alegre,
está que grita,
se acerca su día más grande,
de Piedra Escrita.
Revolotean en sus nidos,
están que trinan,
no son tordos ni palomas,
son golondrinas.
El Señor desde el cielo,
pensando está,
si venir en su carroza,
o venir en su alazán.
Campanario agradece
tamaña oferta,
al Señor y a su séquito
le abre las puertas.
La virgen salta de gozo
cuando se entera,
que su Hijo le ha llamado
la Barranquera.
Este año en la Jira
no cabrá un alfiler,
cuando se entere la gente
de lo que va a suceder.
Nadie las puede ver
desde que amanece el día,
ellas no le quitan ojo
a nuestra Virgen María.
No me refiero a las nubes,
que son muy bellas,
son signos luminosos
que le llamamos estrellas.
Al ver a Jesús venir
las estrellas en lo alto,
no han podido contener,
un poquito de su llanto.
Abrazo de cielo y tierra
que será en el mes de abril,
los astros están contentos
aunque no puedan venir.
Cosa muy natural
que se alegre la Creación,
en tan precioso lugar
estará presente Dios.
Ese lugar es la casa
de la Virgen Piedra Escrita,
entre el Cestero y Güalefra
y tiene de nombre, Ermita.
DC Levita